Hemos llegado al momento del descanso escolar, al tiempo de encontrar nuevas oportunidades: encuentro sosegado con Dios con la familia, con nosotros mismos, con la naturaleza… Familia, reflexión, amigos, serenidad, gozo, paz, naturaleza… todo esto y más nos ofrece el período estival a muchos de nosotros. Es una oportunidad de reorganizar
¡Santísima Trinidad! Ese amor infinito que Dios es en el Padre y el Hijo y el Espíritu, nos ha salvado. Es el Padre que ha creado y dirige con sabiduría el universo, y se ha hecho cercano al hombre en su Hijo; y el Padre y el Hijo nos han dado el Espíritu Santo que nos guía a la verdad plena. Contemplamos el corazón de Dios, su realidad más
“Nosotros hemos comido y bebido con Él después de su Resurrección”. En el testimonio de los apóstoles, como cimiento, se asienta la Iglesia. Ellos habían sido testigos de cómo pasó haciendo el bien y también de su resurrección. Nuestra fe en Cristo resucitado, se apoya en su fe. Pero encuentra también dentro de nosotros una confirmación y despierta
¡En Camino!. Cuaresma es el tiempo del camino. El miércoles, día 17 de Febrero, comenzamos este tiempo litúrgico cargado de mensaje. Los evangelios nos presentan a Jesús en camino hacia Jerusalén donde consumará la entrega de su vida. Cuarenta, representa el tiempo de la vida humana, y la condición del hombre caminante, y representa también la mar